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7/1/2019 Comments

El lugar de la mujer en la sociedad japonesa

Por Jennifer Domizi 
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​Como mujeres, nos interesa ver cómo viven otras en distintas partes del mundo. ¿Qué les interesa? ¿Qué piensan sobre distintos temas? Pero también, nos indaga conocer más sobre su lugar en la sociedad. Así que hoy exploramos el lugar de la mujer en Japón.

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​Hablar de la mujer japonesa es igual que hablar de la mujer de América Latina. Por supuesto: no es fácil ya que hay muchos millones de ellas, con sus personalidades, sueños e intenciones en la vida. Sin embargo, sí podemos distinguir algunas características comunes que las enlazan. ¡Al menos a la mayoría de ellas!


Japón tiene, aún hoy, una sociedad muy tradicional. El papel del hombre y el de la mujer están muy definidos y permanecen casi inamovibles, a diferencia de lo que sucede en otras partes del mundo. Mientras que en países como Argentina las mujeres luchan por igualdad de género en diversas áreas hay otros países en los que esto no sucede. ¿Por qué? Las razones pueden ser muchas, pero lo que tiene en común es que el status quo no se modifica o no en grandes medidas.
Como muchos tópicos en Japón, los cambios avanzan lentamente. Actualmente en este hay una discusión grande sobre la cuota de mujeres que ingresan a la universidad de medicina. Se descubrió que muchas de ellas, a pesar de cumplir con los requisitos para poder ingresar a estudiar esta carrera, eran rechazadas. Finalmente, hace algunos días, dieron marcha atrás con la decisión y muchas de la que no fueron admitidas, lo serán.
El caso levantó mucho revuelo porque revela cómo las instituciones estaban socavando la posibilidades de miles de mujeres de poder tener la educación que quisieran y a la que, según sus aptitudes, podrían acceder. La práctica consistía en que la universidad, la prestigiosa Universidad de Medicina de Tokyo, forzaba los resultados de los exámenes de ingreso, dando lugar a que más hombres pudieron acceder. La universidad admitió que realizaba esto al menos desde 2006. Cuántas mujeres habrán sido afectadas, es desconocido. Si quieres saber más detalles, aquí puedes encontrar más información sobre lo sucedido, en The Guardian.
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En un mundo donde la mujer gana un papel más relevante por sus conquistas y necesidades de obtener una igualdad mayor, Japón parece no estar tan de acuerdo. Aún hoy en día muchas mujeres dejan de trabajar al momento de casarse, para elegir vivir una vida dedicada a sus hijos y la familia. Uno no puede juzgar las decisiones, pero no son cosas que se ven en todas partes del mundo, donde la mujer desea trabajar, tener una buena carrera, e incluso hasta no tener hijos.
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​Esto también pasa en Japón, donde la tasa de natalidad es baja y muchas mujeres, sin familia, no quieren tener hijos. ¿Por qué? Según este artículo de The Economist
 el fenómeno en Japón es que hay pocos nuevos matrimonios. Y en una sociedad tan tradicional que espera que la mujer se case para tener un hijo, sólo el 3% de los bebés que nacen lo hacen fuera del matrimonio. En 2014, el promedio de hijos por mujer era del 1,41.


La mujer, por otro lado, es muy cosificada. La industria del sexo japonesa, una de las más grandes del mundo, pone a la mujer en una posición de sumisión, donde debe satisfacer al hombre. Por ejemplo, veamos el caso de los maids cafés, donde las mujeres actúan como si fueran sirvientas. Esa fantasía, aunque no en un plano íntimo, es algo que se ve mucho en la vida social japonesa. La mujer debe hacer todo: ocuparse de la casa, cocina, cuidar de los hijos, ser bonita y además satisfacer al hombre. Como mujer me pregunto ¿por qué? Pero esa es una pregunta que yo me hago y no todas las mujeres japonesas piensan que deban responderla.
Ya desde épocas antiguas, donde los samurais se encargan de pelear y proteger sus ciudades, las mujeres tomaban el papel de amas de casas. La influencia de las mujeres en la casa, por otro lado, es grande. Muchas se encargan de la economía, aún cuando no sean ellas las que ganen el dinero.

​También está el caso de las geisha y maikos, profesionales del entretenimientos masculino que históricamente se cultivaron para poder “satisfacer” las conversaciones con hombres. O el caso del teatro Kabuki, donde antiguamente mujeres tomaban los papeles femeninos pero luego fueron prohibidas, y los hombres fueron los que interpretaban a la mujer.

En el plano laboral, la desigualdad también es alta. Como en muchas partes del mundo, no son muchas las mujeres que pueden tener altos cargos empresariales. Conozco una amiga japonesa que decidió renunciar a su trabajo después de que, sabiendo inglés a la perfección y teniendo más experiencia que el hombre, era postergada para realizar viajes de trabajo, donde la empresa decidió enviar a un hombre menos preparado en lugar de ella.
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A nivel de medios de comunicación es curioso ver cómo la televisión muestra muchos programas de recetas de cocina que enseñan a la mujer, que se queda en casa, sin trabajar, cómo cocinar platos y en definitiva, cómo ser una buena esposa. El hecho de que la mujer se quede en su casa también influye mucho en la economía japonesa. Actualmente, hay una falta de trabajadores muy grande que el Gobierno debe comenzar a suplir para continuar el buen funcionamiento de la economía. Las mujeres, que se retiran al casarse o tener hijos, dejan espacios que el Gobierno aún piensa cómo deben ser cubiertos.

El papel de la mujer japonesa es interesante porque en muchos casos es un contraste, pero ojalá puedan tener más fuerza de manera colectiva, para obtener más y mejores derechos y oportunidades. Aunque en América Latina también la mujer ha sido y es relegada, parece que soplan nuevos vientos y podremos ver los cambios que nosotras producimos. Ojalá así sea en todo el mundo.

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​​Jennifer Domizi
​Periodista. Amante de las redes sociales y todos los proyectos creativos. Soy argentina pero vivo en las afueras de Tokyo, Japón para estudiar japonés, conocer más de la cultura y viajar durante un año.  Me encanta leer, conocer nuevas personas y aprender idiomas.

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