Por Santiago Brignole Araujo
La ciudad de Kamakura, ubicada a unos 50 km al suroeste de Tokyo, supo ser entre los siglos XII y XIV el centro político del país. Hoy en día, sus diversos templos y santuarios llevan a los visitantes a un interesantísimo viaje en el tiempo. A continuación podrán conocer más sobre ella. La historia de Kamakura y Minamoto no Yoritomo Kamakura fue la sede del primer Shogunato o gobierno militar de Japón. Su fundador, Minamoto no Yoritomo, fue un gran estratega y ha adquirido, con el paso de los años, un carácter místico a los ojos de la sociedad japonesa.
Al encontrarse dentro de la ciudad, pueden verse constantemente referencias al clan Minamoto, y su victoria contra el clan Taira en la batalla naval de Dan-no-ura(壇ノ浦の戦い) de la llamada guerra Geipei (源平合戦), que le otorgó el control del país.
Kamakura hoy tiene un poco más de 170 mil habitantes, lo cual, aún siendo una ciudad, otorga la sensación de estar en un pueblo apacible. Además, al encontrarse rodeada de montañas y espacios verdes brinda a los visitantes un panorama diverso al que puede encontrarse en las grandes metrópolis aledañas.
El símbolo de Kamakura: el gran Buda
La imagen más conocida de Kamakura es sin dudas el gran Buda o Daibutsu (大仏). El mismo se encuentra dentro del Templo Kotoku-in. Es una estatua de bronce que mide 13,25 metros de alto y pesa 93 toneladas.
El templo Kotoku-in fue construído en el año 1252 por los escultores Ono Goroemon y Tanji Hisatomo. En 1498, una gran ola destruyó la estructura que cubría al Buda, pero el mismo no sufrió daños. Es por este motivo que hoy se lo puede visualizar al aire libre.
El santuario más importante de la ciudad
Otra gran atracción es el Tsurugaoka hachimangu, el santuario sintoísta más importante de Kamakura. Originalmente construido en 1063, fue movido a su ubicación actual por ordenes de Minamoto no Yoritomo. El mismo fue dedicado a Hachiman, la divinidad sintoísta de la guerra, la cual a su vez fue adoptada como protectora del clan Minamoto y la clase samurái en general. Dentro del templo pueden comprarse diversos mamori o amuletos e incluso beber sake (licor de arroz japonés) santificado por los religiosos del lugar. Beber un vaso cuesta 200 yenes y uno puede quedarse con el recipiente, siendo un lindo recuerdo de la visita. Si quieres conocer más información, te recomendamos entrar en su web oficial.
La leyenda del templo Hasedera
Aunque si de templos impactantes se habla, no se puede dejar de nombrar al Hasedera. Cuenta la leyenda, que en el año 721, dos estatuas de Kannon (deidad budista) fueron esculpidas en un árbol sagrado en Hatsuse, ubicada en la actual Prefectura de Nara. Una fue consagrada en el templo de Hasedera en Nara, la otra fue lanzada al océano con una oración para que reaparezca y salve a la gente en otros lugares. Después de que la estatua de Kannon viajó a través de las aguas durante 15 largos años, finalmente llegó a la costa, en un lugar en la actual Prefectura de Kanagawa. En el año 736, el templo Hasedera en Kamakura fue establecido para consagrar a esta estatua de Kannon.
El templo Hasedera cuenta además con las famosas estatuas Jizo, que representan a niños nonatos o recién nacidos fallecidos. Al lado de ellas pueden verse las distintas ofrendas que (presumiblemente sus padres) les realizan durante el año. Una imagen muy fuerte y conmovedora. Si te interesa conocer más información visita la web oficial del templo.
Visita a uno de los templos budistas zen más importantes de Japón
Otro increíble templo que merece ser visitado es el Engaku-ji (円覚寺). Este santuario es uno de los sitios dedicados al budismo zen más importantes de Japón. Fue fundado en el año 1282, un año después del segundo intento de invasión del Imperio Mongol, por el regente Hojo Tokimune. Su construcción se realizó para conmemorar a los soldados japoneses y mongoles fallecidos durante la fallida incursión.
Engakuji está construido en las laderas de las colinas boscosas de Kita-Kamakura. La primera estructura principal encontrada al entrar en los terrenos del templo es la puerta principal de Sanmon, que data de 1783. Detrás de ella se encuentra la sala principal del templo, Butsuden, que muestra una estatua de madera del Buda Shaka. El Butsuden fue reconstruido hace relativamente poco tiempo, en 1964. después de que el antiguo edificio se perdiera en un terremoto.
Otro aspecto a destacar son los colores otoñales que el bosque que rodea al templo adquiere. Con lo cual, de poderse, es recomendable visitarlo durante esta estación del año. Engakuji, como tantos otros lugares de Kamakura, es candidato a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La isla de Enoshima, muy cerca de la ciudad Por supuesto, si eres amante de las playas, muy cerca de la ciudad de Kamakura, más precisamente dentro de Fujisawa, se encuentra la isla de Enoshima. La misma es muy visitada, sobretodo por los fanáticos y practicantes japoneses de surf y otros deportes acuáticos.
Estos son algunos de los atractivos más importantes de la ciudad de Kamakura. Una ciudad que se va redescubriendo en cada visita.
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